. Una pasión familiar

En el siglo XII llegaron al Priorat los monjes Cartujos franceses, introduciendo las variedades de uva que hoy son propias de la región: garnacha y carignan.

La familia Marco, viticultores desde el siglo XV, estaba afincada en Porrera ya en el primer censo de Cataluña (1497) y también en el censo posterior realizado por el Conde de Floridablanca en 1787.

A finales del siglo XIX, la filoxera, al igual que en el resto de Europa, asoló las viñas y la familia emigró a Barcelona, conservando sus tierras en Porrera.

En 1898 nace Ramón Marco Abella en Porrera. Hombre emprendedor y de fuerte carácter, decidió volver a dar vida a lo que había sido uno de los mejores viñedos de la región.

Poco más de un siglo después, su nieto David y su esposa, Olivia, deciden dar un paso más construyendo una bodega moderna. El matrimonio abandona sus respectivas carreras profesionales para dedicarse totalmente a su pasión construyen la Bodega Marco Abella, contribuyendo al prestigio mundial de los vinos del Priorat.
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      MARCO ABELLA S.L. ©